La intervención ha consistido en construir una fachada nueva superpuesta a la ya existente, condicionada por el hecho de que el Hospital debía permanecer en uso. La solución planteada se basa en dos ideas fundamentales: por un lado mejorar sustancialmente las condiciones de confort del edificio, y por otro generar una piel nueva que transmita a los usuarios un mensaje de modernidad, confianza y fiabilidad.
Se diseñó una solución que mantuviese la fachada existente y permitiese construir una segunda fachada desde el exterior. Se proyectó una fachada ligera de construcción seca, a base de elementos tales como vidrio, deployé, chapa de aluminio, y paneles de acero, y soportada por una estructura tubular de perfiles de aluminio.
La fachada original se revistió completamente con paneles sándwich de acero, con el objeto de proporcionar el grado de estanqueidad necesario y por supuesto un mayor aislamiento térmico. Además las fachadas orientadas a sur han sido diseñadas con elementos de protección solar que evitan el recalentamiento de las estancias por el efecto de la radiación solar directa. Se han utilizado aletas y lamas de aluminio que además generan sugerentes juegos de luces y sombras y permiten una excelente relación con el entorno. Se estima que el ahorro energético en calefacción y aire acondicionado que se va a producir puede superar el 30%. Esta solución proporciona además niveles de aislamiento acústico mucho mayores, lo que sin duda también repercute en una mejora del confort.
En el proyecto se emplea el vidrio de una manera innovadora, por cuanto no se trata de un muro cortina sino de una fachada trasventilada. La elección del vidrio tiene que ver por un lado con su bajo nivel de porosidad y su comportamiento al envejecimiento, idóneo por tanto para un planteamiento de mantenimiento bajo o muy bajo. Por otra parte el vidrio permite mediante la combinación de distintos formatos y diferentes grados de transparencia dotar al edificio de una piel que se transforma con la luz.
En el acceso principal, el edificio anexo del salón de actos se ha escondido tras un cilindro de chapa metálica que la convierte en un elemento referencial del acceso y además ofrece un nuevo lugar, importante en la relación entre el interior y el exterior. La piel de este cilindro es a base de chapas de deployé de aluminio, en las que las juntas entre las mismas tienen tanta importancia como la propia chapa.