El objeto de este proyecto fue transformar la edificación del antiguo Matadero Municipal de Riveira, para convertirlo en un pequeño VIVERO DE EMPRESAS, según un Convenio de Colaboración suscrito por el Concello de Riveira, la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Santiago de Compostela, y la Fundación Instituto Cameral para la Creación y Desarrollo de la Empresa, INCYDE.

Según el programa establecido en el Convenio, el edificio debería disponer de una serie de despachos de superficie en torno a 12 m2, una sala de reuniones y un aula, así como un almacén y un archivo. El presupuesto total de la inversión, incluido el amueblamiento, la urbanización y los impuestos no podía superar los 385.000 €.

Ante un presupuesto tan limitado y tras analizar las condiciones de las edificaciones existentes, consideramos interesante aprovechar la nave principal del Matadero. Encontramos en ella elementos que podrían ser sugerentes para una posible transformación, a pesar de que sus crujías planteasen algunas dificultades a la hora de resolver el programa planteado.

Sin embargo, consideramos que tanto el anexo situado en el extremo Sur, como el almacén del extremo Norte no reunían las condiciones constructivas mínimas que hacían aconsejable su rehabilitación, por lo que se decidió que deberían ser demolidos.

Desde nuestro punto de vista, un edificio destinado a un Vivero de Empresas, además de proporcionar un local físico en el que alojar la actividad de un “emprendedor”, debe ser un espacio capaz de fomentar relaciones y generar sinergias. Privacidad y permeabilidad han de poder ser administrados según las necesidades y apetencias de cada usuario y de cada momento.

Por ello nuestra estrategia fue aprovechar las cualidades volumétricas de la nave principal disponiendo los despachos abiertos al espacio central, convirtiendo éste en un espacio de relación, comunicación y visualización del trabajo y la actividad de cada emprendedor, potenciado por la morfología de dicho espacio, la transparencia de la compartimentación y la iluminación cenital.

Así mismo, se decidió la ampliación de la nave con 2 piezas anexas en los extremos Norte y Sur, en las que ubicamos los espacios de servicio. En la ampliación del extremo Norte se dispuso la Sala de Reuniones, el archivo y el cuarto de instalaciones, dejando el acceso al Vivero entre esta pieza y la edificación principal. En la ampliación del extremo Sur se ubicó el aula, planteada como sala de usos múltiples, y un pequeño office para el servicio de los usuarios del Vivero.

Otro aspecto destacado de esta intervención es la sostenibilidad. Pese a los escasos recursos disponibles, entendimos desde el primer momento que la viabilidad de un proyecto como este en un contexto como el nuestro, está necesariamente vinculada a un coste de mantenimiento bajo. Por ello destinamos los recursos necesarios para garantizar que tanto la edificación existente como los elementos nuevos dispusiesen de una envolvente térmicamente eficaz en toda su superficie, especialmente en soleras y cubiertas.

Pero además un Vivero de Empresas tiene que ser también un ámbito que potencie la iniciativa de cada proyecto. Nosotros entendemos que la arquitectura que lo arropa tiene que dejar espacio para que cada emprendedor proyecte su carácter, y de ahí que hayamos propuesto una atmósfera neutra en la que es la luz natural y los distintos escenarios que propicia la iluminación planteada, el elemento que pone en valor las cualidades morfológicas del espacio. Nuestra intervención es algo así como un “proyecto inacabado” que invita a los usuarios a modificarlo y completarlo haciéndolo suyo.