La ampliación de las instalaciones del concello utilizando la planta baja del edificio colindante, obliga a la generación de un nuevo acceso, entre los dos edificios, que resuelvelos problemas de accesibilidad, responde a la necesidad de un nuevo distribuidor y dota al conjunto de una nueva comunicación vertical. Se configura una nueva entrada administrativa al concello, sin pretender competir con la entrada del edificio principal que mantiene un uso institucional. Es necesaria, además la redistribución de los espacios existente en planta baja y parte de los de planta alta, en ambos edificios, para convertirlos en una unidad funcional. Las nuevas circulaciones son claras y de fácil lectura para el usuario habitual y el visitante ocasional. La conexión entre ambos edificios se formaliza como un volumen sencillo, ligero y abierto, que contrasta con los volúmenes pétreos de los edificios que une. Este nuevo vestíbulo aparece como un elemento transparente, que no rompe el conjunto original, pretendiendo un juego sutil de volúmenes y materiales. La nueva imagen exterior intenta no romper de forma brusca con la existente, sino adaptarla a los nuevos usos de las edificaciones en las que se interviene, potenciándola en la medida de lo posible. Interiormente la existencia de una transparencia horizontal que ilumina y da continuidad visual interior/exterior al vestíbulo principal, permite apreciarlo como un espacio abierto, sin cortar el espacio existente.