Se trata de un edificio de oficinas para un cliente privado. Más allá del encaje estricto de los requerimientos funcionales propuestos por el cliente, se propone una configuración de planta en la que tengan cabida los posibles cambios futuros derivados de las propias necesidades de la empresa. Esta exigencia de flexibilidad se ha resuelto a partir de 2 estrategias:
Por un lado, mediante la correcta ubicación del núcleo de comunicación vertical. El núcleo de comunicación vertical se ha ubicado en una posición que permita cumplir con las necesidades normativas de evacuación de esta planta, y que además lo haga ocupando el espacio de la curva, zona ésta con escaso aprovechamiento para la ubicación de espacios de trabajo.
Por otro lado, estructurando la planta libre mediante un módulo de planta adecuado. La planta resultante se ha organizado a partir de un eje de circulación central y una estructura de módulos adecuados para compartimentar despachos tanto individuales como dobles, pero también adecuados para permitir la organización de los puestos de trabajo en áreas de pull. Sus dimensiones serían elementos de referencia fundamentales tanto para la estructura del edificio, para la configuración y posición de los huecos en fachadas, así como para la disposición de todas las instalaciones de iluminación, redes de tomas fuerza y datos, y climatización.
La utilización de un módulo de planta va en consonancia con la idea que este proyecto pretende para su fachada. La idea es plantear un edificio sin artificios, ni estridencias. Será por tanto un edificio sobrio, ordenado y correctamente resuelto, en el que el volumen de la escalera se utiliza para dar protagonismo al acceso y a la rotulación de la marca de la empresa. En este sentido la fachada que se propone está formada por huecos de 2,50 x 2,50 metros, que se adaptan perfectamente al módulo de planta con el que se ha resuelto el espacio interior y que permiten distintas opciones de permeabilidad y compartimentación.